20/5/81
Querida
hermana:
¿Cuánto
tiempo durará la buena racha? Ya me estoy acostumbrando y eso es muy peligroso.
Hay que estar siempre alerta.
La
situación con Luis sigue igual. Excelente
pero sin definiciones. Por el momento me alcanza y sobra. No sé qué
pasará después. El tema del futuro es tabú. El del pasado también. Queda solo
el presente. Creo que por eso lo vivimos con tanta intensidad. Anteayer Luis
cumplió años y, luego de más de un año de estar juntos, conocí a sus padres.
Parecen buena gente y bien predispuestos hacia mí. Desconozco si están
enterados de que vivimos juntos. Es una familia que no se caracteriza por el
diálogo.
Sigo
yendo al taller. Estoy muy contenta. Presenté un cuento nuevo que fue bien recibido.
Empiezo a tener la experiencia de escribir como un trabajo gratificante, no
como una liberación, cosa que me pasaba hasta el momento. El último cuento lo
hice en varias etapas. Oyendo, sí, lo que salía de adentro pero conservando la
capacidad de analizarlo, de modificarlo. Mis anteriores experiencias fueron
compulsivas. Yo era solo una mano tratando de abarajar órdenes internas,
mandatos. Angustiada porque la velocidad del lápiz era menor que la de mis
emociones. Por eso la necesidad de telegrafiar la escritura. Etapas.
Nos
aceptaron el trabajo. Saldrá publicado dentro de un mes aproximadamente. Ya te
mandaré los apartados. Tenés una hermana científica después de todo. Ni yo me
lo creo. La ciencia ni roza mi coraza. Me entretiene pero no me compromete.
Chau,
hermana.
Un
beso para vos y otro para John si es que te animás a transmitirlo.
Laura
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