viernes, 22 de mayo de 2015

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20/2/80
Hermana:
Cuánto hace que no te escribo y cuánto que sucedió.
Me fui quince días con Luis a Aguas Dulces. ¿Qué me decís de mis vacaciones? Hago las cosas bien o no las hago.
No tengo paciencia para contarte los entretelones. Pero creeme que fue una experiencia maravillosa. Todavía me parece imposible que todo esto me esté pasando a mí.
Estuve viviendo quince días con él. ¿Te das cuenta de lo que estoy diciendo? Quince desayunos, quince días de playa. Quince noches. Pasamos juntos uno de los cumpleaños más hermosos de mi vida.
Camino entre nubes. Pero temo aterrizar en cualquier momento. No logro relajarme del todo. Siempre me acompaña una alícuota de temor. Que hasta le da más encanto a esta etapa. Mientras dure pienso disfrutarla. Y vaya si la estoy disfrutando.
Hace cinco días que volvimos y ya nos vimos tres veces. Por ahora en casa.
Hay una promesa pendiente de invitarme a comer ñoquis amasados por él (por suerte este febrero hay 29).Tiene sus cualidades el muchacho. Te aseguro que muchas. Pero también tiene una habilidad especial para evitar comprometerse. O sea, parece que alguien lo hubiera asesorado sobre cómo actuar para tenerme rendida a sus pies.
Me siento agudamente vulnerable. En carne viva.
Espero que todo lo tuyo ande bien. Confío en que sí.
¡Cuánto daría por tenerte delante de dos tazas de café!
Besos.
       Laura
PD: Recibí carta de Raúl. Por primera vez me dejó impasible. Será porque estoy tan movilizada que me defiendo ante nuevos estímulos. Creo que no le contestaré.

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