18/5/80
Querida
hermana:
Supe
de vos por mamá. Me alegro de que todo esté en orden a pesar del silencio al
que me estás condenando.
Por
aquí, bastante bien. Mi relación con Luis progresando a pesar de las idas y
venidas. No es nada fácil convivir. Mi avidez de cariño hace que sobrelleve la
experiencia con alegría, pero Luis es visceralmente resistente al compromiso y
cada tanto, creo que hasta a propósito para que no me queden dudas al respecto,
se encarga de mostrarse distante o fastidiado, cosa que me hunde en la
desesperación más profunda, de la que salgo al menor gesto de ternura de su
parte.
Mi
carta anterior la despachó Adriana que se fue a vivir a tus pagos, siguiendo a
su ¨novio¨ becado. Parece que mi destino es que la nación del norte se coma a
mi gente más querida. ¿Te llegó?, la carta, digo.
Estoy
hecha toda una ama de casa. Lavo y plancho porque Luis no quiere que nadie
venga a limpiar. Felisa sigue yendo a tu depto cada tanto, para mantener todo
en condiciones. No te asustes, podés regresar en cualquier momento.
Hoy
es el cumpleaños de Luis. Estoy preparando una torta y pienso sorprenderlo con
las treinta velitas. Después iremos al cine a ver ¨Desde el jardín¨. Espero no
desilusionarme, el libro me encantó. Le compré un pantalón de corderoy y ¨Las
palabras¨, de Sartre. Me impresionó mucho enterarme de su muerte justo al día
siguiente de haber elegido el libro.
Te
dejo porque siento un sospechoso olor a quemado.
Besos.
Laura
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