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PARA LUIS, CON
MAS CANSANCIO
Cansancio.
Y el cansancio
es la excusa
para cerrar los
ojos.
Todo sonido
ausente,
o sea,
puedo inventarme
una atmósfera propia,
un aire próximo
y particular
que sabe a
oscuridad
y a este lento y
pesado silencio
que amodorra la
sangre
y reaviva la
capacidad
de percibir
el hoy.
Cansancio.
Y fruto de este
cansancio,
inexorable y
total,
la repentina
posibilidad
de contemplarme.
El esfuerzo
de reconocerme
en el cambio.
Aquí estoy.
Soy yo
porque me sé de
siempre.
Si no,
dudaría
de ser la dueña
de esta vida.
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