1983
26/12/83
MARÍA MÍA
María.
Mía.
En tu revuelo de pasitos
apurados de miedo
a las baldosas sin manos
protectoras
donde ensayás
la fuerza y el coraje
de atreverte al espacio.
Qué sos hoy, María
cómo contarte
cómo grabarte en este instante
que desafías
segundo a segundo
la capacidad de mi asombro
el tope de mi ternura
y el umbral de mi paciencia.
Toda la humanidad renaciendo
en tus ojos redondos de sorpresa
en tus torpes manos
pescando una arveja
con gracia de artista
con pericia de cirujano.
Y de pronto mi solidaridad
con todo un ejército
de madres cargadas
de abuelas gesticulantes
duramente juzgadas por mí
antes.
Antes de tus rulos
antes de tus cinco dientes
antes de tu colección de gracias
prolijamente catalogadas
y dócilmente ofrecidas al ocasional
público
ante mi preciso requerimiento.
María.
Hoy todavía sos mía.
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