miércoles, 25 de febrero de 2015

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1979
2/5/79
Claudia:
Todavía estoy reponiéndome de la despedida. Después de Ezeiza llegué a casa y me acosté. Tuve la misma sensación que al salir de un velorio: solo quería dormir. Bueno, ¡no es para tanto!, aún estás viva.
Hace tres días que me mudé. Fue bastante duro porque en todo este tiempo no me había animado a avisarle a mamá que vendría a tu departamento. Imaginate cómo reaccionó cuando vio que hacía las valijas. Y en esta oportunidad con razón. A veces uno es cruel inútilmente. Es que durante estos últimos meses pensé tantas formas de contárselo que mi impresión era  que ya se lo había dicho.
Dramas aparte, ya estoy instalada en tu bulín. Tengo intenciones de pintar y de hacer algunos arreglitos. Veremos si me alcanza la guita.
Desde que estoy aquí tu ausencia me pesa menos. Estás en cada taza, en cada plato, en el olor de las toallas y en las galletitas de la lata, todavía elegidas por vos. Por momentos siento que estoy jugando a las muñecas. Me encanta hacer las compras, comer lo que yo decido, poner las sábanas tirantes como a mí me gusta y encontrar todo en el lugar exacto en que lo dejé. Yo, que jamás me asomé a las tareas domésticas, estoy chocha de comprobar que puedo agarrar una escoba y pelar una papa. Veremos cuánto dura mi entusiasmo. Tengo ganas de tener todo arreglado para invitar a mis amigos. Pienso hacer una fiesta de inauguración.
Releo lo que escribí y parece que estuviera contenta de tu partida. Nada de eso. Te extraño y no te cambio por estas cuatro paredes. Pero, pese a todo, tu ausencia ya me sirvió. Aunque regresaras mañana mismo ya no volvería a casa. Me di cuenta de que necesito vivir sola. Creo que me ayudará a crecer.
El entusiasmo de la mudanza y de la organización de la casa me tiene tan comprometida que me quedan pocas neuronas para acordarme de Eduardo. Pero alguna todavía se defiende. Me planteo qué distinta hubiera sido nuestra historia con este lugar mediante. Yo era su circunstancial y eterna inquilina, la que no tenía su propio espacio, la que tantas veces sentía que estaba de más.
Espero tener pronto noticias tuyas. Y buenas. En cuanto tengas un rato escribime.
Un beso grande


                       Laura

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